Los momentos complejos de la violencia en el Medellin hizo que muchos ciudadanos se apartar de los espacios públicos. Los espacios urbanos que no se usan siempre se degradan. Los espacios públicos para dignificar a los ciudadanos, unirlos, enamorarlos y hacerlos sentir más seguros del medio en el que viven. El proyecto debe nacer desde la comunidad, y no desde la política, ellos son responsables de estos proyectos, necesitan ser parte de ellos. Los arquitectos debemos escuchar las distintas necesidades que poseen los ciudadanos y a partir de allí desarrollar los programas de necesidades propias de cada comunidad. Las bibliotecas, no son solo un lugar de depósito de libros, sino uno de encuentro donde reunirse. La educación realizada a escala de los niños, los colegios preparados y diseñados a partir de esas necesidades. “La educación no es un privilegio, sino un derecho”.
Los espacios urbanos deben ser seguros y cómodos, entender la luz y sombra, que calidad posee. A veces en áreas acotadas se necesitan una intervención de tipo de “acupuntura urbana” lo que requiere un estudio riguroso para darle mayor calidad dentro de un territorio demasiado poblado. En algunos años nuestros niños actuales nos sorprenderán con su transformación de la cultura que otorga los espacios urbanos que se encuentran diseñados correctamente
